Buenos días…
Hace unos años Tim Burton estrenó una película
navideña muy peculiar. Se titulaba “Pesadilla antes de Navidad”. Tal vez la hayáis visto en alguna
ocasión. Algo así vamos a empezar a vivir estos días, en los que regalar se
convierte en una exigencia.
Para que no caigas en el agobio de tener que comprar a
toda costa algo, que a lo mejor ni a ti mismo te convence, te sugiero unas
cuantas cosas a la hora de pensar y hacer tus regalos.
1. Regala algo no
comprado: siempre es más original. Puede ser un poema, un recorte, un dibujo, algo
que tú mismo hayas hecho.
2. Regala tus
palabras; las palabras sinceras que te salen de tu corazón.
3. Regala tu
presencia: hazte presente a alguien que lo necesita. Acierta también a
desaparecer en el momento oportuno.
4. No pretendas
comprar a nadie con regalos: Da sin esperar nada a cambio; lo demás, ya
llegará.
5. Regálate algo a
ti mismo: regálate eso por lo que andas detrás tanto tiempo. Obséquiate con un
poco de tiempo sereno, sin prisas; de modo que el jaleo en el que nos vemos
envueltos no pueda contigo.
6. Y no olvides por quién celebramos estos días y por
qué regalamos: porque Jesús nace y nos hace el mejor regalo que existe: un
sentido para la vida y una vida que apunta a la eternidad.
Oración
Prepara mi corazón, Señor,
para que te reciba en Navidad.
Ayúdame a mejorar, a cambiar mis actitudes, a pedir perdón por las cosas que no hago bien. Quiero prepararme con alegría para encontrarte.
para que te reciba en Navidad.
Ayúdame a mejorar, a cambiar mis actitudes, a pedir perdón por las cosas que no hago bien. Quiero prepararme con alegría para encontrarte.
Quiero ofrecerte
un corazón sencillo, bueno, generoso
para que vivas siempre en él.
Quiero que crezcas en mi interior
y me enseñes cada día a amar más a Dios, a mi familia y a los demás.
Querido Jesús, acepta lo que te ofrezco, mi persona, mi corazón; este es mi mejor regalo.
un corazón sencillo, bueno, generoso
para que vivas siempre en él.
Quiero que crezcas en mi interior
y me enseñes cada día a amar más a Dios, a mi familia y a los demás.
Querido Jesús, acepta lo que te ofrezco, mi persona, mi corazón; este es mi mejor regalo.
¡Que tengáis un feliz día!