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DE NOVIEMBRE CUMPLEAÑOS DE SAN AGUSTIN
Hijo de Mónica(Sta. Mónica y de Patricio),
ella, la madre de principios cristianos profundos y de una vida vivida bajo la
luz y la mirada de Dios; él, Patricio, su padre, pagano , sin creencias firmes,
pero respetuoso de la fe cristiana de su esposa, que con su vida y ejemplo, le
contagió la fe y se convirtió al cristianismo.
Nace en Tagaste, pequeña ciudad al norte de
África, hoy en Argelia, el 13 de Noviembre del año 354 y muere en la ciudad de
Hipona, siendo obispo titular de la misma ciudad, cuando ésta estaba siendo
asediada por los Vándalos, el 28 de agosto del año 430
Educado por su madre Mónica, desde niño y
joven rechazó hacerse cristiano, a fin de experimentar personalmente, los
ofrecimientos que la sociedad de su tiempo le ofrecía.
Desde muy niño manifiesta unas grandes dotes
para estudiar superando con creces a sus compañeros. Realizó sus primeros estudios –la primaria- en
Tagaste, su ciudad natal.
Posteriormente su padre le mandará a estudiar –la
secundaria- a Madaura, ciudad más desarrollada e importante;
Acabados estos estudios se trasladará a
Cartago, capital de la provincia romana del norte de África. Allí se
especializa en gramática, filosofía y retórica (aprender a hablar y expresarse
bien) en medio de un ambiente profundamente profano y pagano.
Manifiesta a su vez una gran capacidad de
liderazgo y de influir positiva o negativamente en los compañeros y amigos de
su edad. Joven, de muy buena presencia, elocuente y de fácil palabra,
sobresalía por su forma de expresarse, participando en todo tipo de concursos
de redacción, poesía o teatro. Lejos de su casa y de la vigilancia de sus
padres, en esta ciudad participa de la vida disoluta de la misma.
A los 19 años, la lectura del “Hortensius” libro
de Cicerón, despertó en él el deseo de conocer la verdad de las cosas, de la
vida, de Dios, dedicando su estudio a la filosofía. Durante esta etapa de su
vida se une a una mujer con la que vivió durante catorce años y con la cual
tuvo a su hijo, llamado Adeodato.
En su búsqueda incansable de respuesta al
problema de la verdad, Agustín pasó de una escuela filosófica a otra sin
encontrar en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes.
Decepcionado ante las respuestas que le
ofrecían las doctrinas filosóficas, decidió en el año 383 viajar a Roma, la
capital del Imperio romano. Tras de él dejó a su madre en África que quería
acompañarle. Tras restablecerse de una grave enfermedad y ayudado por su amigo
y protector Simaco, consigue ser nombrado Maestro orador del Emperador en
Milán.
En Milán gustaba de ir a escuchar los sermones
que San Ambrosio dirigía al pueblo por su capacidad oratoria. La escucha de las
palabras de S. Ambrosio y la doctrina cristiana contenidos en ellos, le fueron
convenciendo de la falsedad de su vida y de sus creencias, llegando en el año
385 a pedir ser admitido a las catequesis a fin de prepararse para recibir el
bautismo.
El mismo nos cuenta, cómo estando en el jardín
de una finca de un amigo, oyó una voz que le decía: “Toma y lee”, “Toma y lee”
e interpretando que estas palabras iban dirigidas a él, abrió la Biblia de
golpe y se encontró con un texto que le invitaba a cambiar de vida “no en
comilonas ni en borracheras, no es fiestas y en dispendios, no en…sino “
Escuchadas estas palabras y tomadas como
dirigidas a él, decide romper con su vida anterior y solicita ser bautizado,
sacramento que recibe de las manos de S. Ambrosio en la Catedral de Milán en la
celebración de la Pascua del 385.
Una vez bautizado se afianza en él el deseo de
dedicar toda su vida al estudio y al encuentro de la Palabra de Dios y de Dios
mismo. Conociendo la vida de los monjes del desierto y de S. Antonio, renuncia
a su puesto en la corte del Emperador para trasladarse con todos sus amigos, su
madre que le había seguido y su hijo a África. Allí propone a sus amigos vivir
en común y estar al servicio y las necesidades de la Iglesia. Así nacen los
monjes de S. Agustín cuyo fundamento de vida lo deja expresado en su reglo:
vivid todos con un solo corazón inquieto y preocupado en encontrar a Dios.
Las necesidades de la Iglesia local y después
de la ciudad de Hipona le llevan a aceptar el sacerdocio y el obispado de dicha
ciudad el año 391, en la cual desarrollara toda su acción pastoral y la defensa
de la fe católica con sus palabras y escritos.
Muere en el asedio de Hipona por los Vándalos
el 28 de agosto del 430 .
S. Agustín en conocido como “El Águila de
Hipona”, “Doctor de la Gracia”, fue el máximo pensador cristiano del primer
milenio y uno de los genios más grandes de la humanidad.
Sus libros más conocidos son “La
Ciudad de Dios”, “Comentario al Evangelio de S. Juan”; y especialmente “Las
confesiones” en el cual al escribir su vida, describe el interior del hombre,
donde quien quiera que las lee se siente reflejado en su ser más íntimo. Otras obras “Retractaciones, “la vida Feliz”,
“Soliloquios”; “El maestro”; “El combate cristiano”;
“El trabajo de los monjes”; “Comentario literal al Génesis”;
Pensamiento de S. Agustín: es
difícil escoger unos pensamientos de S. Agustín y compartirlos ante tanta
sabiduría derramada en sus obras. Vayan algunos que nos ayuden en el día de
hoy a caminar por el camino de la verdad y del bien
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“Dentro de cada hombre hay una guerra civil”(Serm
Morín 11, 12)
“La hermosura del universo es como un gran
libro. Contempla, examina, lee lo que hay arriba y abajo. No hizo Dios para que
le conocieras letras de molde, sino que puso ante tus ojos las criaturas. ¿A
qué buscas testimonio más elocuente? El cielo y la tierra te están gritando.
“Somos hechura de Dios”(Serm Mai 126, 6)
“Hay muchos que a fuerza de alardear de
inteligencia, lo único que consiguen es poner en claro su estupidez”(In Joan
14, 3)
“No te desparrames. Concéntrate en tu
interior. La verdad habita en el hombre interior”(De ver. rel 39, 72)
“Entra en ti mismo. Examínate. Juzgate. Espero
que demuestres categoría suficiente como para no pretender engañarte a ti
mismo”(Serm 13, 6.7)
“No andes averiguando cuánto tienes, sino qué
tal eres”(Serm 23,3)
“Tu, Señor, estabas dentro de mí, pero como yo
había desertado de mí mismo y como no me encontraba a mí mismo, ¡cuánto menos
podía encontrarte a ti”(Conf 5,2,2)
“Cuando se atrofia el amor se paraliza la
vida”(In ps 85, 24)
“No se puede ser buen amigo de los hombres si
no se es primero buen amigo de la verdad”(Epist 155, 11)
“El amor no tiene más razones que el amor
mismo”(In epist Joan 8,5)
“Cada hombre es lo que ama”((De div. Quaest.
83.35)
“La medida del amor es el amor sin
medida”(Epist 109, 2)
“Ser fiel en las cosas pequeñas es una empresa
mayúscula”((De doc. Christ 4, 18, 35)
“La verdad no es mía ni tuya, para que pueda
ser tuya y mía”(In ps. 103,2, 11)
“La verdadera felicidad no consiste en tener
mucho, sino en contentarse con lo suficiente”(Regla). “Si te contentas con lo
suficiente, caerás en la cuenta de lo poco que necesitas”(In ps 147, 12)
“En el interior del hombre habita la verdad.
No andes fuera. Tarde te amé hermosura
tan antigua y tan nueva. Tarde te amé. Tú estabas dentro de mí y yo estaba
fuera y por fuera te buscaba por amor y amistad”.
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