BUENOS DÍAS…
Espero que el fin de semana nos haya relajado y nos permita
aprovechar la importante semana que tenemos por delante.
Digo “importante semana”, porque, además de las clases –que
ya de por sí son muy importantes-, tenemos por delante las convivencias desde
1º hasta 4º.
Me gustaría que ya desde este momento, fuésemos conscientes
de que en el colegio queremos ayudaros a ser personas de excelentes; y eso pasa
por un estudio comprometido, pero también por un saber vivir y convivir,
poniendo lo mejor de nosotros mismos –que seguro es mucho- al servicio de los
demás.
HISTORIA: Durante la era glacial,
muchos animales morían por causa del frío. Los puercoespines, percibiendo esta
situación, acordaron vivir en grupos; así se daban abrigo y se protegían
mutuamente. Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos,
justamente a aquellos que le brindaban calor. Y por eso, se separaban unos de
otros.
Pero volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: o desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría, decidieron volver a vivir juntos. Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana les podía ocasionar, porque lo realmente importante era el calor del otro. Y así sobrevivieron.
Las mejores relaciones no son aquellas que unen a personas perfectas, son aquellas donde se aceptan los defectos de los otros y consigue perdón para los propios. Donde el respeto es fundamental.
Pero volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: o desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría, decidieron volver a vivir juntos. Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana les podía ocasionar, porque lo realmente importante era el calor del otro. Y así sobrevivieron.
Las mejores relaciones no son aquellas que unen a personas perfectas, son aquellas donde se aceptan los defectos de los otros y consigue perdón para los propios. Donde el respeto es fundamental.
Le pedimos a Dios en esta mañana que
nos ayude a crecer intelectualmente, pero también que haga crecer nuestro
corazón y nuestra fe en el encuentro con él y con los demás, especialmente con
las personas que con las que vamos a convivir más estrechamente estos días. Le
decimos juntos: Padrenuestro…
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