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Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en
torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más
apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de
hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no
podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo.
Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la
boca.
Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
En el mundo hay más de 900 millones de personas que pasan hambre, sobre todo en África y en India, más o menos una de cada 9 personas. Casi la mitad de los niños menores de cinco años que existen mueren por desnutrición. Cerca de 66 millones de niños en edad escolar de primaria van al cole con hambre. Ir al cole con hambre…Piénsalo…
Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
En el mundo hay más de 900 millones de personas que pasan hambre, sobre todo en África y en India, más o menos una de cada 9 personas. Casi la mitad de los niños menores de cinco años que existen mueren por desnutrición. Cerca de 66 millones de niños en edad escolar de primaria van al cole con hambre. Ir al cole con hambre…Piénsalo…
A veces nos
preguntamos cuándo terminará el hambre en el mundo. La respuesta es sencilla:
Cuando aprendamos a compartir. Decía la Madre Teresa de Calcuta que cuanto más
tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar. Gracias a Dios
estamos en el sector de la sociedad más privilegiado, con todas nuestras
necesidades básicas cubiertas. Por lo tanto, no miremos para otro lado porque
no es nuestro problema. El hambre existe muy cerca de nosotros.
Desgraciadamente la crisis en España ha provocado que haya muchos hogares en nuestras
ciudades con grandes necesidades. Está en nuestras manos ayudar a los demás a
no tener hambre.
Buenos días.
Yolanda Jiménez
Puech
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