BUENOS DÍAS
Hoy vamos a escuchar los primeros buenos
días del mes de mayo y, como no podía ser de otra manera, tenemos presente a la
protagonista de este mes: la Virgen María.
Vamos
a reflexionar sobre una de las oraciones más recitadas en la historia del
cristianismo y que es de la misma María de Nazaret, durante la visitación a su
prima Isabel. Ella se siente agradecida por la generosidad que Dios ha tenido
con ella y canta a Dios la oración del Magnificat.
La
cosa esta semana también va de generosidad, ya que este canto del Magníficat,
como decía, proclama la generosidad que Dios tuvo con ella y que tiene también
con todos nosotros.
Que
el ejemplo de María nos impulse a ser libres y apartarnos del egoísmo,
hipocresía, de la crítica que hace daño, y a ser más sencillos y generosos. Así
podremos gozar del Reino de la paz, del amor y libertad que nos trajo Jesús y
que los cristianos tenemos la suerte de conocer y poder vivir.
El Canto de María dice así:
“Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el todo poderoso ha hecho conmigo cosas grandes,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre”
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el todo poderoso ha hecho conmigo cosas grandes,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre”
A
la Virgen María le pedimos que tenga en cuenta a nuestras familias y amigos;
también a los que lo pasan mal por la enfermedad, el paro, la tragedia de Nepal
o son perseguidos por su fe. También a los niño/as que harán estos dos próximos
sábados su primera comunión.
¡FELIZ DÍA!
PASTORAL
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