CUARESMA
En estos días de
la Cuaresma, en que nos acercamos ‘caminando’ hacia la Semana Santa, recordamos
el camino de Jesús y de sus seguidores acercándose a Jerusalén.
Nosotros nos
hacemos llamar ‘cristianos’. Decimos
que Jesús es muy importante en nuestra vida... Aunque mejor que decirlo es
demostrarlo con los hechos… Decirlo no sirve de nada si no hay gestos de
cristiano detrás de esas palabras. Hoy
es muy necesario proclamar nuestra fe, con la palabra, con los cantos, con
campañas, … siempre que podamos. Hoy es necesario decir a todos los que nos
vean que en nuestro corazón hay un lugar importante para el que ha dado su vida
por cada uno de nosotros: que en nuestro corazón y en nuestra cabeza está
Jesús.
Escuchad con
atención.
Un día Dios, bajó a la tierra, convocó a
todos los animales, incluido el hombre y les dijo:
-
Quiero que viváis en armonía y
contentos. Así que, si alguien tiene alguna queja que la diga sin temor y
enseguida pondré remedio.
Nadie expuso nada. Dios entonces se dirigió
al mono:
-
¿Qué, tú estás contento?
-
Claro –dijo el mono- tengo
cuatro patitas que son un tesoro y tengo un tipillo que muchos envidian. Yo no
tengo motivos para envidiar a nadie. Comparado con el oso, tan feo, soy una
maravilla. Él sí tendrá motivos para quejarse.
Los otros animales pensaban como el mono y
esperaban la respuesta del oso. No hubo tal queja. Al contrario dijo con
orgullo:
-
Yo me veo fuerte, bien
proporcionado, con cierto aire señorial. Comparado con el elefante que es un
monstruo, una masa de carne que parece que se cae a trozos, soy un encanto. No
me quejo de nada.
El elefante tomó la palabra y dijo:
-
Ah, pues yo no me quejo
absolutamente de nada, me siento fuerte, sólido, como un rey con poder. Mucho
peor es la ballena que parece una masa grasienta.
La ballena no se quejó; se veía mejor que
la jirafa, larguirucha y desgarbada. La
jirafa se sentía esbelta, fina, señorial, no como la hormiga, insignificante y
rastrera. La hormiga se veía una reina comparada con el mosquito. Y el mosquito
se vio ágil, se defendía muy bien… Así todos hasta que llegó el hombre. Este se
entretuvo en contar todas sus cualidades y encantos. Así estuvo un largo rato.
Luego estuvo hablando sobre los defectos de los otros. Y se reía con ellos.
Dios que había estado en silencio se dirigió a todos de nuevo y les dijo:
-
Bien, veo que cada uno lleva
dos bolsas; en la de atrás metéis vuestras faltas y en la de delante las faltas
de los otros.
Os dejo algunas cuestiones para que reflexionéis con vuestro profe o
seño.
- ¿Os parece que, en la actualidad, se da una situación semejante a la que se narra en esta fábula?
- ¿Qué veis más fácilmente en las personas: ¿sus cualidades o sus defectos? ¿por qué?
Seguimos caminando para formar una inmensa
familia, unidos y en paz, porque Dios, que es amor, vive dentro de nosotros
como una energía imparable hasta llegar a su meta, que es Cristo resucitado.
Estamos
en tiempo de Cuaresma. Un tiempo de preparación para celebrar la pascua. Jesús
de Nazaret fue el primero en llegar a la meta de la humanidad. Nosotros le
seguimos y queremos compartir su luz. Es, pues, nuestra Cuaresma. Él ha dado
fruto. Ahora es el tiempo de la poda, de
prepararnos, de mejorar y dar un buen fruto también.
ORACIÓN
Señor,
líbranos de la tentación de
criticar a los demás,
y sentir envidia
y de no dar gracias a Dios
de lo que somos.
Señor,
cuando miro el mundo en el que
vivo,
me siento agraciado.
Tengo un montón de cosas que jamás
he pedido
y que se me han dado
sin ningún mérito por mi parte.
Gracias, Señor, por todo ello.
Ayúdame,
Señor,
a no pensar sólo en mí.
Ayúdame para que mi corazón
no se vea embotado y lleno de
cosas.
Ayúdame para que,
aprenda a ser feliz con lo que
tenga.
Hoy, me
siento afortunado
porque
soy quien soy, gracias a Ti Señor.
Amén.
D. ÁLVARO
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