DÍA DE LA PAZ
Los fusiles se negaron a disparar, los tanques no quisieron moverse, los aviones dijeron que no deseaban transportar más bombas.
- ¡Estamos hartos de matar hombres!
- ¡Estamos cansados de las guerras!
Y de pronto el ruido de las balas y de las bombas cesó, y se pudo oír el trino de los pájaros y las voces de los niños. Los campos de batalla se convirtieron en enormes parques infantiles. Los tanques pintados de mil colores diferentes se transformaron en toboganes, y de los grandes cañones brillantes como el oro, colgaban columpios. Los aviones fueron escuelas, bibliotecas, cines...
En los campos aparecieron espigas doradas por un sol radiante de felicidad, que alborozado contemplaba como los hombres se querían como hermanos, no se odiaban, al contrario, se comprendían y se ayudaban.
A los fusiles de no usarlos, les nacieron rosas amarillas en sus cañones; los cascos, también amarillos, sirvieron para fiestas que adornaban todos los balcones.
Y los hombres tacharon de los libros y diccionarios las palabras guerra, enemigo, odio...
En los colegios se enseñaba que siempre se escribe con mayúscula,
PAZ, AMIGO, AMOR
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