Translate

miércoles, 14 de enero de 2015

OPTIMISMO






Buenos días:

¡Sonríe! Hoy es un día excelente para estar orgulloso de quien eres…

Vamos a escuchar una pequeña historia en la que aprenderemos que el verdadero valor de las cosas es el que cada uno quiera darle.

Érase una vez dos niños, uno optimista y otro pesimista.

En casa, cada uno tenía su propio cuarto de juegos.

El pesimista lo tenía todo lleno de juguetes que le habían regalado.

Pero el niño siempre los recibía con lágrimas, porque nunca le regalaban lo que él más quería: un tambor.

Estaba tan obsesionado por conseguir un tambor que era incapaz de contentarse con otros juguetes, por muy bonitos y divertidos que fuesen. Eso explica porqué todos los regalos estaban tirados por el suelo, completamente abandonados.

El pequeño optimista no tenía tanta suerte. Sus padres no tenían dinero para comprarle regalos. Lo único que tenía en su cuarto era un triste montoncito de estiércol de la granja y un tenedor.

Una tarde, como tantas otras, los padres se asomaron a los cuartos de juego de sus hijos para verles jugar. Como de costumbre, el pequeño pesimista estaba llorando porque no encontraba un tambor entre  su enorme montaña de juguetes.

En el cuarto del pequeño optimista el panorama era bien distinto. Al asomarse vieron a un niño risueño y feliz escarbando animadamente entre el estiércol con el tenedor. Mientras lo removía, se decía en voz alta, con ojos llenos de emoción:

-Si tenemos estiércol en la granja, es porque hay un caballito cerca...

Así que recuerda siempre que: el optimista cree en los demás y el pesimista solo cree en si mismo… Por lo que terminamos estos buenos días con una oración en la que le vamos a pedir a Dios que nos ayude a ser más optimistas en la vida, a ver siempre la botella medio llena para que eso nos ayude a ser mejores personas.

Señor, haz que esté sereno y siempre me sienta bien,
que sea paciente y comprensivo ante los caprichos.
Que nunca se me olvide mi misión de ser optimista.
Que nunca niegue una sonrisa a nadie.
Que Dios me ilumine mi vida y que cada día valga la pena.

María Luisa Cantillana. Profesora de Infantil

No hay comentarios:

Publicar un comentario